Después de una década, vuelve la Carrera Azteca con más fuerza que nunca. Más de cinco mil personas —colaboradores de Grupo Salinas y miles de familias mexicanas— corrieron en el Estadio Olímpico Universitario con entusiasmo y un solo objetivo: ayudar.
Este año, la causa fue clara y conmovedora. Lo recaudado se destinó a Huella Azteca, el programa de Fundación Azteca que apoya el cuidado y bienestar de perros y gatos, promoviendo la adopción, la esterilización y la educación de quienes tenemos mascotas.
La entrega del cheque simbólico fue mucho más que un cierre: fue el recordatorio de que, cuando nos unimos, somos capaces de transformar realidades.
Después de una década, vuelve la Carrera Azteca con más fuerza que nunca. Más de cinco mil personas —colaboradores de Grupo Salinas y miles de familias mexicanas— corrieron en el Estadio Olímpico Universitario con entusiasmo y un solo objetivo: ayudar.
Este año, la causa fue clara y conmovedora. Lo recaudado se destinó a Huella Azteca, el programa de Fundación Azteca que apoya el cuidado y bienestar de perros y gatos, promoviendo la adopción, la esterilización y la educación de quienes tenemos mascotas.
La entrega del cheque simbólico fue mucho más que un cierre: fue el recordatorio de que, cuando nos unimos, somos capaces de transformar realidades.